El japonés incomprendido

En una tranquila ciudad de España vivía un reconocido torero llamado "El Curro". Con mucha desgracia para él, muy cerca de su casa, se mudó un Japonés.

Este, al verlo y reconocerlo, quiso saludarlo cordialmente, pero claro, el Japonés no pronunciaba bien la erre y su saludo quedó así:
- "buen día, señol culo".
El Curro, muy enojado, lo dejó pasar por alto, pero al día siguiente se repite el hecho, una y otra vez.

El Curro, entonces, se compra dos perros asesinos y los entrena para atacar al Japonés. Cuando el japonés se acerca a saludarlo, se los manda.
El Japonés advierte que los perros se le vienen encima, saca dos dagas de entre las ropas y se apronta para enfrentar a los perros.
El Curro se da cuenta que el Japonés le va cortar a los perros, pega un chiflido y los perros entran nuevamente a la casa.

La situación se repite varios días hasta que, cansado, el Japonés hace la denuncia en la comisaria.
El comisario le pregunta:
- ¿cual es su problema?
y el Japonés le dice:
- "Mile, señol comisalio, mi denuncia es polque los pelos del culo no me dejan caminal".

El comisario vió que la cosa venía de joda, y le dijo:
- "Y bueno, amigo, córteselos".
Y el Japonés le responde:
- "Si eso es lo que quielo hacel, pelo cada vez que los voy a coltal el culo chifla y los pelos se van pala adentlo."